domingo, 7 de junio de 2009

Enseñando a lavar los dientes de los niños

Necesidades de su niño en edad preescolar


Los bebés necesitan padres o cuidadores afectuosos que respondan a sus llantos o ruidos, y les hagan sentirse seguros y cómodos. Necesitan poder jugar en espacios seguros, moverse, jugar con objetos no dañinos, y oír y hacer sonidos.
Los niños pequeños necesitan oportunidades de elegir dentro de límites claros y razonables. Necesitan actividades que les permitan usar sus músculos, experimentar sus sentidos y desarrollar la capacidad lingüística. Al cumplir los tres años, necesitarán trabajar con las manos, aprender a hacer las cosas por si mismos, jugar con otros niños, continuar descubriendo los movimientos del cuerpo, y aumentar su vocabulario y adquirir conocimientos sobre su entorno.
Los niños de cuatro y cinco años requerirán aun más oportunidades de usar cosas como los libros, los juegos y las canciones, y de hacer ciencia, matemática y actividades artísticas. Las familias y los cuidadores pueden encontrar estas oportunidades en los centros comunitarios, las bibliotecas o las escuelas de su localidad. Los niños necesitan desarrollar la confianza en sí mismos y su capacidad lingüística, así como su conciencia del mundo y de la gente a su alrededor, al ir preparándose para entrar en la escuela

Respondiendo inquietudes de los niños

¿Qué es la orientación y la movilidad en el niño?

El movimiento es un elemento básico para el aprendizaje. Cuando el niño explora y tiene contacto físico con su mundo es cuando el aprendizaje se lleva a cabo. Los niños que padecen de incapacidades de la vista típicamente necesitan que se les anime a explorar su medioambiente. Para ellos el mundo puede ser desconcertante e impredecible, o puede no ofrecerles motivación.
El entrenamiento en Orientación y Movilidad (O & M) ayuda al niño ciego o incapacitado de la vista a darse cuenta en donde está y a dónde desea ir (orientación). También lo ayuda a poder llevar a cabo su plan de moverse a donde quiere ir (movilidad). El desarrollo de las habilidades de orientación y movilidad debe iniciarse en la infancia, comenzando a concientizarlo de su cuerpo y movimiento. Esta concientización debe continuar sin interrupción hasta que el niño se convierta en adulto, al ir aprendiendo habilidades que le permitan navegar su mundo de manera eficiente, eficaz y segura.
En realidad, el concepto de entrenamiento en orientación y movilidad comenzó después de la Segunda Guerra Mundial, cuando comenzaron a desarrollarse técnicas para ayudar a los veteranos de guerra que habían perdido la vista. En la década de los sesenta las universidades comenzaron programas de entrenamiento para especialistas en orientación y movilidad que trabajaban con adultos y niños en edad escolar. En el presente y con el objeto de ayudar al sector más joven, las especialistas en orientación y movilidad han desarrollado estrategias y técnicas para comenzar a enseñar orientación y movilidad desde la infancia

La importancia de los alimentos y las frutas

Hábitos de higiene


Desde que el momento en que comienzan a brotar los dientes en los niños, es necesario empezar con los hábitos de higiene dental. Muchos doctores incluso recomiendan empezar desde antes, utilizando gasas suaves y sobando ligeramente con ellas las encías del bebé. Al principio la responsabilidad es exclusiva de los papás, pero conforme pasan los meses y luego los años, los niños ya están en capacidad de valerse por sí mismos en la tarea. Una de las maneras de reforzar este hábito en los niños es enseñándoles en el jardín de infancia acerca de su importancia; y qué mejor forma de hacerlo que a través de juegos divertidos y eficaces. A continuación te brindamos una descripción breve de una de las muchas alternativas que existen.

Con los materiales con los que contemos, las maestras podemos crear un rostro grande de niño -y de ser necesario otro de niña-, sonriendo con la boca abierta y los contornos de cinco dientes dibujados en ella. Luego se pega el rostro en la pared o pizarra. Puede hacerse pegando cartulinas o trozos de corospum de colores, por ejemplo.

A continuación, la maestra pedirá a los niños que le ayuden al del rostro a "cepillarse", para lo cual hará varias preguntas sobre el hábito de lavarse los dientes y los niños que sepan la respuesta levantan la mano. La maestra elige a uno para que responda y si lo hace bien pintará de blanco uno de los dientes, utilizando crayola o témpera. Cuando se terminen los dientes, se usará otra carita diferente y se seguirá con otras preguntas, hasta que todos los niños hayan participado. También se puede organizar a los niños en dos grupos; la maestra intercalará las preguntas entre ellos y los pequeños se irán turnando para representar a su grupo, que le podrá ayudar con la respuesta. Al final, el grupo que haya pintado más dientes será el ganador

Las vocales